El ser humano como máquina electromagnética

POR JOAN EGEA BARBER
06/08/2022

El ser humano como máquina electromagnética

La idea del funcionamiento del hombre-máquina se podría afirmar que comienza con el pensamiento del filósofo y físico francés René Descartes, quien en el siglo XVII sentó las bases de una teoría mecanicista de la vida.

Desde entonces se han hecho grandes avances en todas las ramas de la ciencia, y ahora el automatismo humano podría llegar a ser descrito prácticamente a la perfección.

En este curso se desarrolla la posibilidad de considerar una máquina humana capaz de actuar con voluntad, tratando de demostrar con ella, los principios universales que guían el funcionamiento del ser humano. Todo ello, desde una particular interpretación de diferentes saberes en torno al éter, la energía y la toma de decisiones.

Mediante el Teleautomatón se consideran las implicaciones que el pensamiento sistémico y los principios del electromagnetismo suponen para psicología y el comportamiento humanosocial.

El desarrollo de la ciencia moderna y de las nuevas tecnologías implican, un revolucionario cambio en nuestra forma de observar, percibir e interpretar los hechos y la realidad.

La Teoría de los Campos Electromagnéticos o del Éter, continua vigente desde su aparición hace ya más de un siglo, y sigue contribuyendo de forma destacada, a los más grandes avances de nuestra humanidad.

A nuestro parecer, la Teoría del Éter o del los Campos Electromagnéticos siguió una evolución sistémico-cibernética, que queda reflejada en diferentes aportaciones como la del Teleautomatón de Nikola Tesla o la cibernética de Alexandre Sanvisens, entre otras.

La Teoría del Éter, también ha sentado muchas de las bases del desarrollo de posteriores saberes como la Mecánica Cuántica, la Teoría del Caos o el mismo descubrimiento de la estructura del ADN. Conocimentos todos ellos trascendentales, no solo desde un punto de vista teórico, sino sobre todo, por su inimaginable aplicabilidad práctica en todos los ámbitos de la vida, incluidos los humanosociales.

A pesar de todo lo anterior, las Ciencias de la Educación, y más concretamente la Psicología, ha logrado mantenerse prácticamente al margen de dichos desarrollos e implicaciones tanto teóricas como de aplicabilidad práctica.

Muchos de los eruditos del campo de la Psicología, continúan en gran medida, anquilosados en la obsoleta mentalidad dualista de la separación y especialización, propia de épocas muy lejanas, pero impropia de un mundo complejo e interdependiente como el actual.

La consideración de un Teleautomatón humano, para entrar de lleno en esta difícil, pero necesaria y apasionante conexión, entre la física y la psicología, supone toda una tecnología educativa, que está llamada a revolucionar la Educación como ciencia teórico práctica de la conducta y comportamiento humano.

De esta forma, es como lo entendieron grandes pensadores y pedagogos como Sanvisens, que durante las décadas de los años 60 y 70 desarrolló en nuestro país lo que se denominó la sistémica cibernética aplicada al ámbito humano, social y educativo.

Con el Teleautomatón, hace más de cien años, Tesla pretendía dar a conocer, a los estudiantes que en muchas ocasiones dirigía sus conferencias, el nuevo paradigma que la ciencia moderna lleva implícito.

Siempre trataba de ofrecer introducciones en las que exponía algunos principios sobre la conexión entre el electromagnetismo y la vida humana.

Para Tesla resulta mucho más provechoso, conocer los puntos de vista que se deprenden de los principios de la Teoría del Éter en torno a la luz, que toda la técnica escrita en todos los libros de electricidad. Porque cultivar los poderes de observación, nos permite percibir e interpretar la realidad de una forma más profunda.

Tesla diseñó un Sistema de Comunicaciones Inalámbrico, donde el Teleautomatón era un componente clave, el cual además de sus aplicaciones estrictamente tecnológicas, le sirvió para dar a conocer, desde el punto científico de la física, sus ideas y pensamientos sobre la psíquica y otros asuntos sociales.

Tesla hizo suyo el lenguaje de la ENERGÍA, el ÉTER y el ELECTROMAGNETISMO, hecho que nos demuestra su convicción y apoyo al paradigma de la Teoría del Éter o del Campo Electromagnético.

Aunque Tesla no poseía estudios de Física, siempre estuvo muy pendiente de los desarrollos de la física en Gran Bretaña y atribuyó a "la labor principalmente, de los científicos ingleses" los progresos de la TCE y del éter. Era admirador de James C. Maxwell y su teoría sobre el electromagnetismo, iniciada por Michael Faraday. 

Tesla consideraba la Teoría del Éter como "Concepciones poéticas" y se centró en encontrar su aplicabilidad práctica. 

Desde la vertiente tecnológica el Teleautomatón, fue capaz de desarrollar su propia interpretación de los principios de la Teoría del Éter, sobre todo, porque estaba convencido que la tecnología era la mejor forma para lograr una mejor comprensión y entendimiento de dicha teoría.

Muchos de sus artículos sobre su Sistema Inalámbrico y el Automatón trataron el problema de la energía humana y otros asuntos humanos y sociales, con revolucionarias ideas, que solo la mente de un gran genio y pensador como Tesla podía concebir. Sin embargo, la gran mayoría de estas ideas fueron consideradas como pseudociencia.

Las ideas físicas de Tesla, por lo general, fueron ignoradas y hasta ridiculizadas por la gente de su época. Más de cien años han tenido que pasar para que nuestra civilización comience a reconocer esta grave injusticia.

En la época de Tesla como el la actual, eran muchas las personas que se dedicaron a "profetizar" en forma de adivinaciones, esoterismo, espiritismo y otras prácticas fraudulentas, a las que Tesla y otros grandes pensadores como Faraday o Maxwell, siempre se opusieron y trataron de establecer límites.

Con el Teleautomatón, Tesla logró posicionarse en medio de las discusiones sobre legitimidad científica en torno a estos asuntos de pseudociencia. Mostrándonos su propia interpretación de los principios universales, desde una singular consideración psicofísica.

Lo que hacía no era "profetizar", sino "predecir científicamente”, y afirmaba que cualquier persona que cultivara sus poderes de observación y percepción, sería capaz de ofrecer predicciones sobre el futuro.

La tecnología del Teleautomatón constituye una herramienta útil para demostrar la verdad sobre algunos asuntos y misterios en torno a la vida y comportamiento de las personas.

El Teleautomatón nos ayuda a elevar nuestra consciencia, tomando cierta distancia de las interferencias generadas desde nuestro ego subjetivo, permitiéndonos observar más profundamente nuestra realidad, para así conseguir mejores acciones y resultados en los aspectos humanos y sociales de nuestras vidas.

Este artículo se corresponde con uno de los capítulos del curso Teleautomatón, si te ha parecido interesante puedes ampliar información en el enlace de abajo.

Joan Egea Barber

 

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